FRANCISCO RODRÍGUEZ. Responsable del Grupo de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional de Granada

"El delito en internet es mucho más sencillo, mucho más barato y mucho más rentable"

franciscorodriguezdetalle.jpg Todo avanza con las nuevas tecnologías. Incluida la delincuencia. Las innegables ventajas que las TIC han traído a la vida diaria no empañan el hecho de que los delincuentes también hayan encontrado a través de este medio una nueva forma, mucho menos peligrosa jurídicamente para ellos, de acceder a sus víctimas. El responsable del Grupo de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional de Granada, Francisco Rodríguez, acudió el pasado jueves 26 al Colegio para participar precisamente en unas jornadas organizadas por el Grupo Especializado en Derecho de las Nuevas Tecnologías sobre el Delito de Daños Informático, en las que analizó la investigación policial de este tipo de delitos.

-¿Es la ciudadanía consciente de los peligros que puede entrañar navegar por internet? ¿Lo hacemos demasiado ‘libremente’?


En realidad ha habido dos fases, bajo mi punto de vista. La primera, de una progresiva concienciación, hasta la aparición de la tecnología inteligente, de los smartphones, que ha provocado una segunda fase de relax en esa materia. Hemos pasado años hasta adaptarnos a poner antivirus y otros sistemas de seguridad en los PC, pero ahora han llegado unos ordenadores mucho más potentes que son los smartphones y los tenemos totalmente descubiertos. Pero poco a poco se va integrando también sistemas de seguridad, sobre todo con la progresión de los llamados nativos tecnológicos, que han traído consigo más conocimiento en la materia y están implantando un mínimo de condiciones de seguridad en las familias. Sin embargo, todavía es muy baja para los ataques que pueden producirse.

-¿Cuáles son esos ataques que pueden llegar a través de medios tecnológicos?

Bueno, hay de todo. A nivel estadístico son mayoritarios aquellos que van destinados a obtener dinero: el fraude o la sustracción de datos para obtener transferencias no consentidas o los datos de tarjetas. Este último, el uso fraudulento de la tarjeta a través de internet o la captación de tarjetas, es quizá el más común. Sin embargo, hay otros muchos modelos delictivos.

-Con las nuevas tecnologías también han surgido modelos delictivos propios del medio…

Efectivamente, hay una serie de delitos que son exclusivamente productos de la aparición de las TIC, pero también se han extrapolado muchísimos delitos que han encontrado un más fácil acceso a sus víctimas a través de la tecnología. Me viene a la cabeza las cartas nigerianas; no es lo mismo tener que enviar 2.000 cartas para quizás obtener una víctima, que mandar un correo electrónico a una serie de listados de correos que hay públicos y probar a ver si alguno cae. Es mucho más sencillo, mucho más barato y mucho más rentable. Y como eso hay muchas otras modalidades que se han visto facilitadas por las nuevas tecnologías.

-¿Entonces las nuevas tecnologías han hecho más fácil delinquir?

Lo han facilitado mucho y han provocado incluso la traslación de gente que no se dedicaría a ello. Personas que creo que no serían delincuentes, dada la facilidad y el desplazamiento de responsabilidad al no tener presente a la víctima, se han convertido en delincuentes. Y otros nuevos delincuentes han encontrado un formato mucho menos peligroso jurídicamente para ellos.

-En estos nuevos delitos tecnológicos hay una parte que afecta de lleno a los menores. ¿Cómo se puede frenar este tipo de conductas?

Hay fundamentalmente un mecanismo, y es la orientación a los menores desde muy tempranas edades. Es lo único que se me ocurre. No vamos a frenar la evolución de menores en las redes sociales, así que la educación y la formación en materia de intimidad desde edades tempranas son fundamentales.

-¿Cómo se investigan los delitos tecnológicos?

Hay unas reglas básicas, unas normas del juego. Lo fundamental es que no hay que ver la investigación tecnológica como un objetivo difícil, sino como una segunda oportunidad, puesto que no quita que se haga también una investigación clásica. Tenemos la oportunidad de investigar a través de la red o de la vida off line, porque al final lo que pretende el delincuente es algo relacionado con la vida real.

-¿Cómo actúa la Unidad de Delitos Tecnológicos? ¿Lo hace de oficio o a partir de denuncias?

Ahora mismo es una mezcla de todo. Estamos extrapolando nuestra vida off line a internet y a las nuevas tecnologías, y con ello también lo están haciendo los delitos. Ahora mismo estamos en una fase primigenia; tenemos que aceptar que existe este tipo de delitos y que hay que tratarlos como una modalidad delictiva aparte. En la actualidad somos un grupo que llevamos todo tipo de materias: delitos tecnológicos y delitos que, sin serlo, tienen una ramificación tecnológica. También sucede que, como consecuencia de la conectividad, la investigación tecnológica sirve también para descubrir delitos que no son estrictamente tecnológicos, además de ayudar a determinar las conexiones y los contactos de una persona, las coartadas… Como toda nuestra vida está impregnada de material digital, todo eso también sirve para la investigación.

-¿La internacionalidad de internet dificulta la investigación?

Muchísimo. Hay una cuestión muy relevante en esto. Tratamos de compartimentar procesalmente, judicial y policialmente, los hechos que suceden en internet cuando internet no tiene ni límites ni barreras. Hay miles de casos que acaban en un sitio o en otro cuando, por ejemplo, ese juzgado no tiene ninguna vinculación con el hecho. Y eso solo desde el punto de vista interno, territorial. Pero es que ya con las fronteras nacionales es mucho más grave.

-¿El Código Penal recoge convenientemente este tipo de delitos?

Hay muchas modalidades claramente criminales que no están tipificadas, que no encuentran sitio. En la actualidad hay un proyecto de reforma del Código Penal que está ahora mismo en fase parlamentaria que seguramente va a mejorar esta regulación y va a incluir muchas modalidades delictivas que no encontramos. La fundamental es la usurpación personal para delinquir, utilizar tu identidad para parezca que eres tú el que ha delinquido, que normalmente está relacionado con delitos de fraude. Sabemos que la usurpación de la persona civil en el Código Penal vigente es muy difícil de aplicar, pero están sucediendo hechos muy graves en internet, que están perjudicando mucho la vida de muchos ciudadanos, simplemente porque alguien ha cogido una copia de su DNI y está usándola para dar fiabilidad a sus transacciones. Hay personas que lo están pasando muy mal y que están siendo requeridas por órganos judiciales y policiales sin haber hecho nada. Eso sí va a estar recogido en el nuevo Código Penal. También hay mucha matización necesaria en el acoso de menores, puesto que se quedaba fuera una parte importante de ciberbullying. Se van a incluir muchos matices que vienen bien de momento, pero todo apunta a que van a ser insuficientes en un futuro. Las modalidades de delitos van surgiendo conforme avanza la tecnología.