La medida judicial del grupo de convivencia abre la agenda formativa del nuevo año académico

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La medida de convivencia con grupo educativo es una medida judicial de medio abierto que persigue, como objetivo principal, mantener a los menores integrados en un contexto normalizado, orientando al menor en su proceso de socialización. Para profundizar sobre esta alternativa a las medidas de internamiento, el Grupo Especializado de Menores organizó el pasado 7 de septiembre una jornada bajo el título 'Aprendiendo a convivir: un acercamiento a la medida judicial del grupo de convivencia' con la que la red formativa del Colegio de Abogados de Granada inauguró el nuevo año académico.

La actividad contó con un panel de expertos conformado por Andrés Moreno Jiménez, trabajador social del Grupo Educativo de Convivencia masculino de Granada; Pilar García Dotor, psicóloga del Grupo Educativo de Convivencia femenina de Granada; y Almudena Ciscares Mercado, trabajadora social del Grupo Educativo de Convivencia femenina de Granada.

En este sentido, Ciscares explicó que el objetivo principal del trabajo del Grupo de Educativo es mejorar la convivencia y dinámica familiar en dos grandes niveles: por un lado, a través del trabajo individual con el menor, fomentando su autonomía y desarrollo personal y, por otro lado, el trabajo familiar, mediante intervención terapéutica, mediación y asesoramiento y apoyo a las familias. “Están interrelacionados, porque los avances que haga el chaval a nivel individual van a incidir positivamente en las relaciones familiares y a la inversa”, puntualizó la ponente.

Para ello, según comentó Moreno, se produce en un primer momento una segregación de la familia y el menor sale del entorno familiar para vivir en un recurso residencial con un equipo educativo técnico que le inculca normas de convivencia, límites y relaciones entre iguales que mejoren la relación con la familia y, progresivamente, el adolescente pasa fines de semana y periodos vacaciones en su casa, supervisando si surgen conflictos y cómo se abordan.

Ahora bien, aunque la medida judicial del grupo de convivencia está dirigida a casos de violencia restringida al ámbito doméstico, no existe un perfil concreto como tal de menores. “Sí que existen una serie de características que se repiten, como alto absentismo o problemas de consumo”, apuntó García, que añadió que hay equidad en género entre los adolescentes, aunque también se observa una sobrerrepresentación de menores adoptados y originarios de familias monoparentales, sobre todo, con madres.